El País Vasco publica una guía para mejorar la intervención de los profesionales de emergencias ante una crisis suicida.
Nuestro compañero Pedro Martín-Barrajón, responsable de la Red Nacional de Psicólogos para la Prevención del Suicidio, ha escrito junto con Beatriz Alba Carmona, enfermera de emergencias en el SUMMA 112 y en colaboración con diferentes profesionales de Osakidetza_ Servicio Vasco de Salud, Ertzaintza y SOS DEIAK, esta guía dirigida a policías, bomberos y personal sanitario para mejorar la intervención en situaciones de crisis suicida.
Este documento busca proporcionar estrategias prácticas para asistir de manera efectiva a personas en riesgo de suicidio, enfatizando la importancia de validar las emociones y crear un vínculo de confianza.
Según Pedro, los profesionales de emergencias se enfrentan cada vez más a casos de conductas suicidas y reclaman una formación más especializada para manejarlos adecuadamente. «Los profesionales se ven expuestos más diariamente a este tipo de casos y por ello reclaman más formación», asegura.
Por otro lado, Beatriz subraya la importancia de la empatía y la calma en estos casos, señalando que el tiempo puede ser un aliado en la prevención del suicidio. Alba Carmona destaca que es fundamental generar en la persona en crisis una sensación de ser escuchada y de confianza, lo que facilita que no se pierda a ese paciente.
La guía también aborda mitos comunes que dificultan la intervención efectiva, como la creencia de que hablar de suicidio incita a la acción, cuando en realidad una comunicación abierta puede reducir el riesgo y proporcionar alivio.
Formación y coordinación mejoradas
El documento detalla cómo deben proceder los equipos de emergencia para asistir de forma coordinada a las personas en riesgo, ofreciendo primeros auxilios psicológicos, cuidando las necesidades de los familiares afectados y fomentando la autoprotección psicológica de los profesionales en situaciones de gran impacto emocional.
Pedro resalta la importancia de generar en la persona que atraviesa una crisis una sensación de ser escuchada, de confianza y de vínculo. También señala que se está perdiendo el miedo a preguntar a la persona si ha pensado en quitarse la vida, incluso si el aviso no parece estar relacionado con una conducta suicida, como puede ser una crisis de ansiedad.
Desmitificando la intervención
La guía, ofrece también información para desterrar mitos que interfieren en la prevención, como la idea de que quien amenaza con suicidarse no lo hace. El suicidio sí es prevenible, aunque no sea predecible, y asumir lo contrario puede conducir a subestimar el riesgo.
Cómo conectar con la persona en crisis suicida
Es crucial reforzar las habilidades de comunicación del personal de urgencias y emergencias, facilitando el desahogo de la persona, ganando tiempo y reduciendo su activación fisiológica y emocional. Validar su sufrimiento, normalizar la idea suicida y evitar consejos o juicios son algunos de los pasos clave mencionados en la guía para acercarse a alguien que está pensando en quitarse la vida.
Aplazar la decisión
El objetivo principal de la intervención es «aplazar la decisión» de quitarse la vida y «crear ambivalencia». No se busca eliminar las ideas suicidas, sino que surjan dudas sobre si es la única o la mejor solución. Durante la conversación, se puede lograr que la persona en crisis recuerde vínculos que pueden atarle a la vida. La guía detalla cómo identificar emociones predominantes, ya sea miedo, enfado o tristeza, y adaptar la respuesta a estas.
La guía propone procedimientos gráficos para el despliegue de recursos una vez recibida la llamada en el 112 SOS Deiak, especificando competencias entre Ertzaintza, policía local, SPEIS (bomberos) y Osakidetza-Servicio de Salud Vasco. También sugiere no interrumpir ni colgar la llamada hasta que llegue el recurso asistencial y ser discretos en la aproximación al lugar, eliminando señales acústicas y luminosas de los recursos asistenciales.
Comunicar una muerte
La guía también orienta sobre cómo comunicar una muerte por suicidio. La noticia debe darse lo antes posible para evitar aumentar la ansiedad y en un lugar privado. Es vital que los familiares sientan que se ha hecho todo lo posible, y que sus necesidades emocionales sean atendidas.
Tras una muerte por suicidio, los familiares afrontan uno de los duelos más complicados, por lo que la guía recomienda derivarlos a servicios de Salud Mental, o Atención Primaria para recibir una adecuada atención psicológica.
Autoprotección de los profesionales
La guía también ofrece pautas para la autoprotección psicológica de los profesionales, destacando la necesidad de que estos cuiden de su propia salud mental. La intervención en crisis suicidas puede generar un gran impacto emocional en los profesionales de emergencia, y es fundamental que puedan hablar de sus experiencias y buscar apoyo.
La guía, que puedes descargar pinchando aquí , busca mejorar la intervención en crisis suicidas mediante una formación y coordinación mejoradas, desmitificando la intervención y reforzando las habilidades de comunicación del personal de emergencia. Con estas medidas, se espera reducir la incidencia de suicidios y proteger la salud mental tanto de los pacientes, como de los profesionales que los asisten.
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