La difícil realidad de la lesión medular conlleva un complejo proceso de aceptación que va a modificar, en último término, la visión que tenemos de nosotros mismos.
El delirium tremens constituye una manifestación grave del abuso del alcohol y, si bien aparece vinculado al síndrome de abstinencia de la substancia, sucede en un porcentaje pequeño de los casos.