La psicoterapia en personas con daño cerebral (I)

//La psicoterapia en personas con daño cerebral (I)
daño cerebral adquirido

¿Qué es y qué implica el daño cerebral?

Cuando una persona ha sufrido, por la causa que sea, una lesión en su cerebro, decimos que padece daño cerebral adquirido (de aquí en adelante, DCA). Nuestro sistema nervioso central constituye la base biológica de nuestra mente, de lo que somos, y por ello una alteración en algún componente de esta estructura presenta peculiaridades en comparación con enfermedades o lesiones físicas en otras partes o estructuras de nuestro cuerpo. Cuando alguien sufre DCA a consecuencia, por ejemplo, de un accidente de coche, puede experimentar una gran variedad de afectaciones: limitaciones en su capacidad de percibir el entorno o de moverse, cambios súbitos en su forma de ser, sensación de haberse vuelto más lento a la hora de realizar actividades, notar que le cuesta más que antes prestar y mantener la atención en las cosas, o darse cuenta de que uno se ha vuelto mucho más impulsivo, y la lista sigue.

Muchos de estos cambios se deben a la lesión de estructuras o circuitos cerebrales específicos relacionados con varios procesos cognitivos: memoria, lenguaje, atención, percepción, planificación y solución de problemas… Frente a estos déficits existe una rama de la psicología que estudia la forma de conocerlos, evaluarlos y tratarlos adecuadamente: la neuropsicología. Gracias a esta y otras muchas disciplinas, y con el paso del tiempo, han surgido programas de rehabilitación para personas con daño cerebral adquirido centrados en la recuperación o compensación de sus dificultades cognitivas; hablamos de tratamientos centrados en la recuperación de la autonomía de la persona para que pueda volver a desempeñar las funciones de la vida cotidiana en la medida de lo posible. La rehabilitación cognitiva ha demostrado su eficacia en todos estos aspectos, pero hay otros puntos que han quedado algo más ignorados cuando se trata de atender a personas con DCA.

Tradicionalmente, se ha priorizado la atención a los procesos puramente cognitivos, dejando a un lado la dimensión emocional de la persona. Pero, ¿acaso no sería normal que alguien que ha sufrido daño cerebral adquirido y que ve cómo sus capacidades se han visto mermadas experimente un nivel de malestar emocional intenso? Cuando uno se despierta en el hospital y  ve que no puede hablar tan bien como antes, ni moverse tan bien como antes, ni pensar con la misma claridad que antes, o que le cuesta recordar ciertos aspectos de su vida, experimenta confusión; y ésta va a ser rápidamente sustituida o acompañada por ansiedad, tristeza, enfado, frustración… Ciertamente, el DCA es un acontecimiento que puede cambiar irrevocablemente nuestras vidas y que supone por tanto un proceso de duelo por lo perdido y de adaptación para lo que va a seguir siendo nuestra vida. Y es aquí donde va a entrar en juego y mostrar su utilidad la psicoterapia.

¿En qué puede ayudar la psicoterapia a alguien con daño cerebral adquirido?

El objetivo de la psicoterapia es precisamente la mejora de la calidad de vida de las personas a través del alivio de su sufrimiento emocional, en cualquiera de las formas en que se manifieste: depresión, ansiedad, preocupaciones insoportables sobre uno o más aspectos de la propia vida, etc. A través de un adecuado procedimiento psicoterapéutico, conseguiremos mejorar el bienestar y el ánimo de la persona con daño cerebral adquirido, lo cual no sólo contribuirá a su satisfacción a y la de sus seres queridos, sino que también incrementará su motivación de cara al proceso de rehabilitación cognitiva.

Además, cabe considerar que el daño cerebral también llega a producir cambios de personalidad, los cuales pueden ser muy variados: desde la exacerbación de características ya presentes en la persona (por ejemplo, si antes de sufrir DCA era alguien afable, tras la lesión puede volverse excesivamente amable y sumisa) hasta un cambio hacia una personalidad prácticamente opuesta (volviendo al ejemplo anterior, dicha persona podría volverse grosera o incluso agresiva). Si este cambio es altamente incapacitante, la psicoterapia también resulta eficaz, pues provee al individuo con DCA de las herramientas adecuadas, no para cambiar o revertir su personalidad (el objetivo de la psicoterapia no es ni pretende ser el de cambiar la identidad de una persona) sino para aumentar su capacidad de autocontrol y comportarse de una manera menos limitadora para sí misma y su entorno cercano.

Hasta aquí parece por tanto bastante evidente que las personas con daño cerebral adquirido pueden beneficiarse, como cualquier otra, de un proceso psicoterapéutico si experimentan un alto nivel de sufrimiento. Entonces, ¿por qué tantos programas de tratamiento para personas con daño cerebral adquirido se centran en lo puramente cognitivo y mencionan de pasada el componente emocional? Muchas veces se atribuye la afectación emocional a una causa orgánica, esto es, al propio daño cerebral, de manera que se presupone que la rehabilitación conseguirá también de manera espontánea reducir o aliviar el sufrimiento afectivo por la mera recuperación de funciones cerebrales.

Y esto puede ser cierto: del mismo modo que el daño a nuestras estructuras nerviosas puede dar lugar a déficits cognitivos o cambios de personalidad, también puede originar sintomatología semejante a la depresión, ira súbita e incontrolable, o incapacidad de regular las emociones. Pero ello no quita que una parte importante del padecimiento emocional se deba a la vivencia por parte del propio individuo con DCA de la situación en que se encuentra, y no totalmente al daño de estructuras cerebrales relacionadas con aspectos emocionales y motivacionales. Por ello, es necesaria una correcta evaluación para poder discernir qué aspectos son fruto de la lesión cerebral y cuáles conforman la reacción de la persona a las circunstancias que le está tocando vivir.

Artículo escrito por Gonzalo Talamanca

En el centro de psicología en Madrid trabajamos un equipo de psicólogas y psicólogos entusiastas de nuestra profesión, con años de experiencia, un alto nivel de especialización y una amplia formación contrastada. Queremos ofrecer respuestas y herramientas a las personas para facilitar su pronta recuperación y así poder mejorar su bienestar y su calidad de vida en general.

3 Comentarios

  • Hola, muchas gracias por la información, por mucho tiempo he tratado de entender qué le pasó a mí hija desde el día en que tuvo una hemorragia cerebral, sé lo poco que me han dicho los psiquiatras, pero no el por qué. Éste artículo me da la guía para buscar la ayuda adecuada para mí hija. Gracias!

    Patricia Morales Marín 31.10.2019

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