¿Cuándo y cómo surge la terapia online?
Si habéis llegado hasta aquí probablemente es que las nuevas tecnologías e Internet ya forman parte de vuestra vida. Del mismo modo que estas se han incorporado a diferentes ámbitos cotidianos: hacer la compra, pedir citas a diversos servicios, reservar hoteles o restaurantes, hablar con familiares y amigos…, también lo han hecho en el campo de la salud mental y el bienestar psicológico a través de diferentes modalidades: realidad virtual, realidad aumentada y telepsicología. Nos centraremos en esta última: definida ya en 1998 como el uso de la tecnología de las telecomunicaciones para poner en contacto a los pacientes con profesionales de la salud con el objetivo de facilitar el diagnóstico, tratamiento, consultas, investigación y otras actividades relacionadas.
Aunque es ahora cuando se ha hecho más popular esta modalidad terapéutica, su primer uso fue en los años 60 para la realización de una videoconferencia y la creación de programas de intervención, como el programa ELIZA y la aplicación DOCTOR. Podríamos decir que es una modalidad que se ha ido consolidando con los años, pero la realidad es que la práctica psicológica a través de las nuevas tecnologías es recibida con ambivalencia entre los profesionales.
Se han realizado diversos estudios para conocer la situación respecto al uso de la terapia online en España, concluyendo que en 2010 se produjo un incremento significativo de su aplicación, siendo el medio más utilizado la videoconferencia y las principales razones a petición del propio cliente, complemento a la terapia presencial en días de viaje o traslados y para llegar a mayor número de personas. En cuanto a la edad de los profesionales que lo utilizan se ve que es más predominante en los sujetos jóvenes, probablemente por la familiaridad y normalización que estos tienen respecto a internet y las nuevas tecnologías. También se ha visto que las mujeres acceden en mayor medida.
La terapia online surge como una oportunidad para ofrecer ayuda a aquellas personas que por diferentes motivos (lejanía, idioma, propias consecuencias del problema psicológico…) no pueden acudir a una terapia presencial.
¿Qué ventajas y limitaciones presenta la terapia online?
Como todo proceso terapéutico presenta una serie de ventajas y limitaciones que en función de dónde se coloque el foco será una opción aceptada por los profesionales o no.
Una de las principales ventajas que se encuentran es la accesibilidad ya que facilita la atención psicológica a diversos colectivos que presentan dificultades para acudir a terapia presencial, como personas con diversidad funcional, movilidad reducida, centros sanitarios saturados o lejanos o residir en áreas rurales. Aún teniendo la oportunidad de ampliar la población diana las tecnologías no son utilizadas por muchas personas, las cuales quedarían fuera.
Se presenta igualmente como una alternativa de acceso a una ayuda psicológica inicial para personas con dificultades para acudir a un servicio presencial; por ejemplo, en el caso de que el propio problema psicológico impida acudir a terapia. Por el contrario las personas que requieren una intervención en crisis presentan grandes dificultades con esta modalidad terapéutica.
En cuanto a los costes económicos, también presenta ventajas al reducir los gastos de desplazamiento tanto para el terapeuta como para el cliente, aunque sí es cierto que se necesita una inversión inicial para disponer de la tecnología apropiada.
Por otro lado, se presenta como una modalidad ventajosa para quienes tienen dificultad de mantener un contacto regular y continuado aunque existe una ausencia de requisitos claros respecto a la normativa legal y ética.
Por último, permite que la información del cliente sea accesible de forma rápida y exista un intercambio de esta entre diferentes profesionales, aunque hay que tener precauciones con la protección de datos.
En resumen, existen claras ventajas que superan las limitaciones que puedan encontrarse, las cuales podrían superarse a través de la investigación y la difusión de información clara y concisa acerca de los procesos, los protocolos de actuación y las precauciones a adoptar. La modalidad online se plantea como una alternativa a las dificultades que presenta la terapia presencial: mayores costes, largas listas de espera, estigmas relacionados con acudir a un psicólogo, incompatibilidad de horarios…
Y lo más importante… ¿funciona realmente la terapia online?
En los diversos estudios realizados, se ha encontrado que la terapia online presenta beneficios en síntomas depresivos, fatiga, trastornos de ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, síntomas en cuidadores de enfermedades crónicas, trastorno obsesivo compulsivo, trastornos de estrés postraumático, insomnio o problemas de jetlag, adicciones y problemas de la psicología de la salud.
Bien es cierto que la terapia online exige por parte de los participantes mayor motivación y creencias en el modelo terapéutico; por tanto, para que la terapia online se pueda llevar a cabo con mayor nivel de adherencia terapéutica hay que trabajar la motivación intrínseca.
Desde el 2003 se han propuesto diferentes programas de intervención utilizando internet como medio de comunicación, entre los que destacan: inter-terapia, internet me ayuda, programa ODIN, beating the blues, bluepages, moodGYM, Sahar, háblame y sin miedo.
Para finalizar, añadir una valoración personal basada en las conclusiones de la literatura científica consultada y en la propia experiencia personal tras más de seis meses utilizando esta modalidad. Aunque es cierto que se han obtenido en el ámbito de la investigación resultados eficaces del uso de la tecnología en intervenciones psicológicas en diferentes problemas y trastornos, es imprescindible por parte del profesional crear una forma de trabajar que supere las limitaciones, por un lado, espaciales y casi temporales que pueden surgir en una videoconferencia (cortes en la comunicación, conexión desde lugares seguros, desfase del sonido, congelación de la imagen…) y, por otro lado, aquellas en las que interviene la comunicación no verbal y la expresión emocional (tono de voz, incongruencia de la posición del cuerpo y las palabras, aparición de momentos difíciles…). La investigación nos ha dado luz verde para el uso de esta modalidad en el ámbito aplicado. Es este último el responsable de conseguir que la terapia online funcione.
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